Lacan y Heidegger nos muestran que el sujeto humano no es una identidad fija, sino un proceso en constante construcción. Mientras Heidegger nos invita a pensar nuestra existencia consciente y la relación con el mundo, Lacan revela cómo deseo, lenguaje y realidad interactúan a través de los registros Real, Simbólico e Imaginario. Explorar esta convergencia es adentrarse en los misterios del ser y del inconsciente, un viaje hacia lo que sentimos, pensamos...



